Las puertas de las casas palmeras se hicieron con criterios lógicos atendiendo a las peculiaridades de la madera de tea, de extraordinaria calidad y belleza. El carpintero encontró en las puertas un medio para desarrollar su peculiar destrezay su innato sentido artístico, consiguiendo realizaciones de extraordinaria belleza.
No hay constancia de cuándo se empezaron a pintarse las puertas, aunque en la decisión debieron influir motivos de economía de mantenimiento.
Enteder el cómo y el porqué se hicieron estas carpinterías es fundamental para entender la arquitectura tradicional canaria. Los balcones, las galerías y las cubiertas, en las que la disposición estructural es determinante, se hicieron con criterios lógicos y racionales derivados del conocimiento del material y de su comportamiento resistente. Las puertas y ventanas debían satisfacer el deseo de belleza que son atributos para la arquitectura.
Acerca de cuando esta carpintería de madera de tea, de una notable belleza en su estado natural, empezó a pintarse, se barajan distintas suposiciones: debieron influir razones de economía en su mantenimiento, por lo que acabó generalizándose la pintura para cubrir la madera, se introduce el color (generalmente el verde y el marrón oscuros y distintas gamas de rojo) en puertas, ventanas, galerías y balcones, y su aplicación se acaba extendiendo a los parametros de la albañilería, en los que el blanco de la cal pura empieza a alternar con gamas ocres y rojizos fácilmente obtenibles mezclando la cal con tierras y también con el color azul. Lo que podría entenderse como el color de la ciudad.
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